Diego








Hola papá, recibe un enorme abrazo, sé que no es necesario recordarte que te quiero y te extraño sin embargo nunca sobra.
Creí que te habías olvidado de mí ya que no me habías escrito y no hemos tenido oportunidad de hablar telefónicamente.
Conque me andas chicaneando con esa belleza de hembra en la que andabas montando, yo con esa me casaría; ya sabes a cual me refiero aquella mamacita de motor 1500, radiador y todo, encendido automático no es que pa’ que más home.
Cómo es común para la forma en que trabajan nuestros cerebros comencé la lectura de la imagen de la forma usual de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo, primero recibí el impacto de ese panorama abierto y soleado del que espero estés disfrutando mucho. Conforme fui avanzando me encontré con esas casas tipo americano que tanto nos gustan; más tarde me percaté de la buena resolución de la cámara con la que te tomaron la fotografía. Continué la lectura para encontrarme con tu fino personaje barbado montado en semejante motocicleta, con el orgullo de cualquier corredor, todo iba súper, alcanzaba a imaginarte de paseo con la carretera en frente, a lo lejos el horizonte, que nunca hemos de alcanzar, y el espectacular sonido de la maquina. Si la imagen era para envidiar sin embargo al llegar a la parte final de la fotografía ¿qué me encuentro?, a sorpresa pero ¿que es eso?, ¿unas chanclas acaso?, ¿unos suecos? de inmediato murió la fantasía, ¿quien en el mundo maneja semejante vehículo con esa indumentaria?, que desentonado te encontrabas padre, pero no importa así y todo sabes que te quiero mucho. Mentiras ya sabes como soy, es sólo una bromita.

Por cierto se me había olvidado felicitarte por la nota “El ocaso del libro”, me pareció excelente, y de hecho me sorprendió verte tan interesado y documentado del tema ambiental; había llegado a pensar que para ti prevalecía la información y tecnología sobre la naturaleza, al menos en determinadas ocasiones en otras te contradecías un poco.

Gracias por las fotos, espero que tu viaje marche como debe, saludos a todos.

Diego Villada.   





Es éste un día muy especial, el día en que el comercio celebra el aumento de sus ganancias, gracias al comportamiento que han podido introducirnos. Aún así es un momento que se puede aprovechar para exaltar la maravillosa labor de un hombre que tuve la gran fortuna de tener como mi padre.
Hoy que, hecho un hombre, puedo sentarme a recordar sereno el tiempo que juntos hemos vivido, me percato de la asombrosa velocidad con que han pasado los años de estas primeras etapas de mi vida. Vida de la que tú haz sido testigo,  fiel guía y consejero en momentos felices y algunos difíciles. Veo cuánto he cambiado y crecido en los últimos años a tu lado, veo que entre sopas de plapa y papanos, lecturas, conversaciones y grandes consejos, que mi padre me ha dado, voy perfilándome como el hombre que finalmente seré, no sabes cuanto agradezco tu compañía.
Quiero contarte que nos a tomado por sorpresa éste día tan especial, mejor dicho con los calzones abajo; no habíamos podido dar con una forma de sorprenderte, con un algo que te entretuviera, gustara y condecorara. Sé que algún día tendremos los medios para alagarte en grande, tal y cómo te lo haz ganado. Mientras tanto, en un comienzo pensé en obsequiarte unas buenas fuentes históricas para que pudieras montar alguna paginita en la red, pero la iniciativa fue descartada con prontitud. Luego contemplé la posibilidad de presentarte una gran familia para que elaboraras un árbol genealógico, pero  no me gustó la idea. Finalmente mi deseo es exaltar la labor del gran hombre que entró en mi vida y llenó fácilmente con ternura y empeño los espacios que el destino había dejado vacios para mí.
Mi padre, aquel que en un principio se mostró reacio a aceptar la carrera que había elegido y hoy se ha convertido en mi gran apoyo, un espectacular cómplice en mi carrera delictiva, que digo, artística. Sé que muchas veces te he quitado el sueño y alguna que otra rabieta he sabido provocarte sin embargo hoy vemos grandes resultados del ejemplo que me haz dado, de el apoyo con el que siempre haz estado obsequiándome.
Viejo mi querido viejo aún no caminas lerdo, si bien se han cubierto de nieves tus cabellos, el tiempo ha sido condescendiente contigo, sólo vemos rastros de una sabiduría pacientemente reunida y de un gran impulso a la espera de seguir siendo aprovechado. Deja de pensar tanto en la muerte y aprovecha al máximo este presente que tan saludable te alcanza. ¡Que orgullo! Siento al hablar de mi padre, aquel guerrero incansable, aquel sabio incorchable (y si no sabe bien se lo inventa).
No soy tu sangre mi viejo, pero, si soy tu tiempo y tu esfuerzo, la vida te ha puesto en mi camino y hoy soy feliz resultado de la conjunción de todas esas circunstancias. Así, hoy te digo que siempre te llevaré en mi corazón, y difícilmente puedo imaginarme un mejor homenaje al gran hombre y padre que eres que mostrar al mundo el buen ejemplo que me haz dado, las grandes enseñanzas que de ti he recibido... Te amo papá.

    Diego
Junio de 2010






ES MEJOR DE HIJO A PADRE QUE DE HOMBRE A HOMBRE

Hace tiempo cuando aun era un niño y crecía a una velocidad, que ahora me parece extraordinariamente veloz, pero, en ese entonces me parecía bastante lenta no por lo aburrida de esa infancia, pues por el contrario tuve una niñez que si pudiera repetir lo haría con gusto, para crecer tal cual lo hice; esa lentitud con que transcurrió el tiempo fue por el constante afán que incita a la mente infante a crecer y hacer cosas de adultos y poder actuar como aprendió de su entorno y las condiciones, retos, tristezas y alegrías que este puso en su camino, ese afán de entrar a una sociedad en la cual no se sobrevive correctamente si se deja de ser por completo un niño y se pierden las partes más importantes de esa mentalidad como son la capacidad de asombrarse ante lo nuevo y lo bello, la actitud de levantarse siempre sin importar la caída; la capacidad de preguntar y disfrutar, ESCUCHAR y aprender, cualidades que ahora que comienzo a ser un hombre me esfuerzo por mantener al igual que me esfuerzo por combinarlas con algunas de las cualidades del hombre “maduro” como es la razón, la ubicación, algo de responsabilidad y un poco, una pequeñísima luz, de autosuficiencia, combinados con respeto, sinceridad, honradez y muchos tantos valores de los que ya a todos se nos a hablado bastante.

En ese tiempo cuando aun era un niño y aun me faltaba mucho por descubrir, y una barba que dejar crecer y de hecho aun me falta, ya había descubierto muchas cosas, y entre ellas, encontré un vacío, muy profundo, que no fue llenado a pesar del esfuerzo sobrehumano de mi madre y la perfecta educación que me dio (al menos a mi parecer, que creo es lo mas importante); no pudo llenarlo pues nadie puede dar tanto de sí mismo y además yo no era lo único de lo que tenia que ocuparse a su, podría decir, temprana edad; ése vacío, quizás, algo marcado por mi ubicación como varón dentro de un entorno sin un ejemplo varón el cual en esa época, muy seguramente, sólo necesitaba o quería para, no se, juegos mas bruscos, deportes, cosas de niños, pero, principalmente para que acompañara a mi madre en su ardua labor de crear una bella familia prácticamente del aire y los sueños, que la ayudara a pasar los obstáculos, que la acompañara en sus soledades y alegrías aunque éstas en ocasiones fueran el simple hecho de ver a sus hijos jugando, aprendiendo, trepando a un árbol o quitando las rueditas de apoyo a sus bicicletas; sí, eso quería en ese entonces, pues aunque parezca increíble ya comenzaba a velar por el bienestar de mi madre por encima de mis infantiles necesidades, y agradezco mucho el nivel de madurez que obtuve de eso; a pesar de mi esfuerzo y preocupación, sabia que al igual que ella conmigo, yo no podría llenar su vacío, además era posible, y así sucede, que yo a su lado me sintiese orgulloso de los logros de mi hermanita, pero no me imagino a su lado sintiéndonos orgullosos de mis logros, siempre existiría ese vacío. En ese y en otros casos, tal vez lo habríamos logrado solos pero habría sido mucho más difícil.

En ese entonces deseaba completar mi familia y junto a mi hermana se lo hicimos saber a mi madre, ¡qué fulminante afirmación!: “mamá queremos un papá”, y que astuta respuesta, bastante apropiada para una madre: “deben pedirlo al niño Dios”, nuestra simple e infantil respuesta fue: “no, pues lo traería de juguete”; después de esta conversación, creo, dejamos las cosas así pero el momento continuó vivo.

Recuerdo perfectamente el día en que te conocí Saúl, los juegos en el parque, lo caluroso de tu presencia, la forma casi instantánea en que ganaste mi confianza y de ese modo, no en mucho tiempo pero sí gradualmente mi corazón de niño, que no era fácil de conquistar; en ese momento sentí que había obtenido lo que quería, pero nunca imagine cuanto más ganaría.

Conforme pasó el tiempo nos fuimos compenetrando más entre todos acostumbrándonos y apreciando la presencia y alegría que brindaba vivir como una familia aun más completa, y ya sabes todo lo que vino después.

Estuviste con nosotros en los momentos más difíciles, en mi caso ayudaste a tallar y moldear el hombre en el que me estoy convirtiendo, me ayudaste cuando lo necesité, me aconsejaste, nunca me negaste un abrazo, te alegraste de mis triunfos, y más importante acompañaste a mi mamá en el orgullo y regocijo de ver a ese niño triunfando y creciendo, creo que tu también sentiste orgullo pues pude verte, y sentí alegría, comunicando mis logros a otros y defendiéndome de algunas lenguas y tantos otros peligros; me brindaste tu firme mano cuando necesite apoyo, o cuando caí, para levantarme protegiéndome de las personas que suelen aprovecharse cuando se esta indefenso en el suelo.

Quiero ofrecer disculpas a ti y a mi madre por tantas ocasiones en las que los he defraudado o me encontré a punto de hacerlo, también por próximos tropiezos y errores pues lejos estoy de ser perfecto o de parecerme a esa imagen que supongo todos quieren como hijo; quiero comunicar que en los momentos que han dudado de la educación que me han brindado, se han preocupado en vano pues fue y será la mejor que hubiese podido recibir, y estoy muy seguro, que muchos hubiesen querido recibirla; las veces que me he desviado, lo saben, no a sido por gusto o por querer llevarles la contraria, los quiero por encima de todo incluida mi hermana y me esfuerzo por darles orgullo, aunque en ocasiones fracase.

El principal fin de este escrito es agradecerte Saúl por tantos años y experiencias que juntos hemos vivido, por llenar a la perfección ese vacío, por ser como eres. Escribo para decirte más, o en lugar; de un siempre sincero pero simple “te quiero Sául”, algo que por ciertas circunstancias no pude decir abiertamente, y eso es un profundo “Te amo PAPÁ”.

GRACIAS PAPÁ POR TODA UNA VIDA DE EXPERINCIAS Y GRATOS RECUERDOS; POR LA FORTALEZA QUE POSEO, POR DEJARME MADURAR PARA DEFENDERME EN O DE LA SOCIEDAD CUANDO SEA NECESARIO GRACIAS A LA LIBERTAD QUE SIEMPRE TUVE, Y POR EL GRAN APOYO QUE PARA MI REPRESENTAS. 

DIEGO. /2004       



   A mi Padre


Con endecasílabos hoy recuerdo 
al ser que me alentó como ninguno
y que jamás resulto inoportuno
cuando enseñó desde algún desacuerdo.

Nobleza vasta, corazón coloso, 
en la noche un poeta inigualable,
inscribe gran estela inexorable
con ese saber siempre bondadoso.

Un designio alegre, una suerte ingente
nos fundieron en un mismo camino;
gracias a la vida que hace evidente

que el elegirte padre fue mi atino,
pues aunque no sea tu descendiente 

soy feliz al ser tu hijo y así lo nomino.

DIEGO. /2005       
Medellin, Colombia

No hay comentarios:

Publicar un comentario